Jadiya: Estoy en el monte y os cuento qué es lo que veo.
Isabel: El silencio tiene muchas formas…
Jadiya: Veo mi casa.
Isabel: … y muchas maneras de manifestarse.
Jadiya: … aparcar el coche al lado.
Isabel: Está el silencio de después de recibir una mala noticia.
Jadiya: … garrafas de agua porque durante el día…
Isabel: El silencio de la vergüenza.
Jadiya: … mucha calor.
Isabel: El silencio de radio.
Jadiya: Veo diferentes barrios…
Isabel: O el silencio como verbo, silenciar. Eso que sucede cuando alguien habla, pero aun así no lo oímos.
Jadiya: Un montón…
Isabel: Hoy queremos hablar de voces que no se oyen.
Jadiya: … de tiendas de campaña…
Isabel: En realidad, más que hablar de ellas, queremos que sean ellas las que hablen.
Jadiya: Un montón de habitaciones de adobe…
Isabel: Por eso este episodio empezó con un envío.
Jadiya: Otras tantas de cemento…
Isabel: Le mandamos una grabadora a la mujer que estáis escuchando.
Jadiya: Niños…
Isabel: Es una mujer que vive en un lugar que está lejos, pero también muy cerca.
Jadiya: Porque son ya casi vacaciones escolares…
Isabel: Un lugar en el que las casas se construyeron como refugios temporales pero cada vez parecen más permanentes. A esa mujer le pedimos una sola cosa.
Jadiya: … viejos Landrovers…
Isabel: Que se grabase todos los días.
Jadiya: ¡Ah!
Isabel: Que grabase lo que hacía, lo que pensaba.
Jadiya: Uno, dos, tres, cuatro…
Isabel: Que se grabase en su casa y en su trabajo.
Jadiya: Cinco, seis…
Isabel: Que se grabase cuando estaba sola…
Jadiya: Seis árboles se ven desde aquí.
Isabel: … pero también con su familia y con sus amigas.
Jadiya: O sea, no es…
Isabel: Le pedimos que esa grabadora se convirtiera en su diario.
Jadiya: No es fértil.
Isabel: Así que durante los próximos 25 minutos yo me voy a callar…
Jadiya: ¿Qué más? ¿Qué más?
Isabel: … y lo que vais a escuchar es eso.
Jadiya: Esto es lo que veo.
Isabel: Un diario.
Jadiya: Tranquilidad.
Isabel: Un acceso en primera persona a la vida de una mujer en ese lugar al otro lado del estrecho.
Jadiya: No hay bares ni sitios así de ocio.
Isabel: Un lugar al que nos unen muchas cosas, pero sobre todo, eso.
Jadiya: ¿Qué más? La vida aquí…
Isabel: Un gran silencio.
Jadiya: Gira en torno a la familia. Familia, casa. Casa, familia. Familia, casa. Casa, familia.
Isabel: Bienvenidas y bienvenidos a De eso no se habla.
[Sintonía]
Jadiya: Me estoy preparando una máscara, que según mi hermana me tengo que cuidar el cutis, me debo cuidar el cutis. Ah… Yo en realidad paso, si es que con agua y jabón, ya está. Pero no, según ella no, porque el día de mañana te tienes que casar, no sé qué, te tienes que embellecer para tu futuro marido. Mierda. Me voy a embellecer para mí, para mi persona, para que yo disfrute de mi cara bonita. Ay, de verdad.
Jadiya: (Carraspeo) Bueno. Hola a todos. Soy Jadiya. Bueno, en árabe se pronunciaría Jadiya, pero en español hay múltiples pronunciaciones: una es Jadiya, la otra es Jadicha… Jadicha es solo y exclusivamente para mi pueblo, Tharsis, de Huelva. Para el resto, solo le permito decir Jadiya (risas). Suena raro en la boca de los otros, mientras que en los habitantes de Tarsis suena muy bonito. Que bueno, soy Jadiya, saharahui, de 26 años. De esos 26 años, o sea, nueve de esos 26 años los pasé en España, estudiando, y… Y ahora de vuelta aquí. Y… Soy la quinta de los hermanos pequeños. Bueno, que eso, que vivo en un campamento de refugiados. Sólo conozco los campamentos de refugiados aparte de España. Y… Bueno, que ahora, que se me ha olvidado deciros, que ahora vamos a darle de comer a mis cabras, una práctica diaria que hacemos, que a mí hay veces que me gusta porque despeja un poco, sales de casa… Pero hay otras veces que es como… Uf, ¿otra vez a darle de comer a las cabras? Y os diré qué llevamos. Llevamos un poquito de… Llevamos pan. Llevamos cebolla. Llevamos ashme. El cuajed. Cuajed es cartón. Ese es el postre de nuestras cabras aquí, sí, comen cartón. Y… ¿Qué más? ¿Qué más? Cuando vives en un campamento de refugiados, de alguna manera tienes una vida tan monótona que… Se te hace difícil decir qué es lo que haces o cuál es tu situación. Dios, me estoy asfixiando, porque estamos subiendo una cuesta. ¿Y qué más, qué más? Pues eso, que ya mismo tocará el cuarto rezo del día y… Y por eso vamos a las cabras antes.
[Cabras]
Jadiya: Blanquita, hola Blanquita… Biada. Biada. Biada, biada, biada.
Jadiya: Maldita sea. Hoy me ha fallado la alarma.
[Tráfico]
Jadiya: Y voy toda rápida. Mi madre siempre confía en mí y no me despierta. A ver si para alguien. ¿Qué más?
[Vehículo se detiene]
Todo el mundo me mira como si fuera una loca, hablándole a un micrófono. Sí, voy al trabajo. A la oficina, de ocho y media a cuatro y media, con una hora de descanso para comer. Y… traduzco documentos, hago pequeños informes…
[Puerta]
Jadiya: Horrible, esta puerta. Hoy tengo bastante trabajo, dos documentos para traducir. A ver…
[Ordenador]
Jadiya: Y ahora a esperar este ordenador que abra, por dios, que se encienda.
[Tecleando]
[Motor]
Jadiya: Soy tan famosa cuando voy conduciendo… Que me miran todos los chicos. Ay. Baja la luz. La carretera para ellos.
Jadiya: Hola, querido diario. A ver… Bueno, pues llevo días pensándolo y ya hoy por fin me he decidido, y es que mañana me quito la melhfa y me pongo solo el pañuelo. Esto es porque me siento más cómoda en el trabajo. Es principalmente por el trabajo, porque yo, la melhfa, me siento cómoda poniéndomela, pero en el trabajo es una batalla constante. Creo que también si lo hago podría animar a las chicas que a lo mejor todavía no se atreven o… O igual como que lo ven algo que quieren hacer pero es imposible, porque no vayan a hablar de ellas, en lo que es el entorno y tal, así que… A ver si puedo ayudar, pues eso, a más chicas que lo quieran hacer y lo vean como algo imposible… “Cómo voy a hacer eso, si toda la vida llevando melhfa ahí y me van a ver, a ver con pañuelo y a ver qué pasa”. Así es que mañana es el gran cámbiame… Y a ver, a ver qué tal, qué tal sale.
Jadiya: Ay, Isa me pidió que le explicara qué es lo que es una melhfa, porque hablo de melhfa muchas veces. Y a ver… Una melhfa es como una tela que nos la ponemos las saharauis. Hay de diferentes colores, de diferentes texturas o del tipo de tela. Y tenemos por ejemplo las melhfas de descanso como tipo pijama; las melhfa para ocasiones de boda, bautizos; o melhfas para el trabajo… Y… Pues es así la melhfa, tradicional, la vestimenta tradicional de la mujer saharaui.
[En hassanía]
Madre de Jadiya: Jadiya, Jadiya…
Jadiya: Sí.
Madre: Levántate a rezar.
Jadiya: Son las dos y veinte de la mañana. Mi madre me despierta para rezar.
[Reza]
[Puerta del coche]
Jadiya: Bueno, pues empezamos el primer día sin melhfa, pero con pañuelo, ¿eh? Ahora cogeré el coche y a ver qué me encuentro en el trabajo.
[Ordenador]
Jadiya: Hoy he sido la protagonista de mi trabajo. Y es la segunda vez que me mira tanta gente desde que… Claro, porque la primera vez fue hace una semana y pico, cuando fui a mi pueblo, en España, y llevaba pañuelo. Y esta vez era porque también llevaba pañuelo. Pero era algo muy diferente, porque esa vez era, llevaba pañuelo y antes no lo llevaba y esta vez llevaba pañuelo y antes llevaba melhfa. Entonces he sido el centro de atención hoy, aunque mi director se quedó un poco loco cuando me vio entrar, porque tenía una cara de como, “chiquilla, ¿qué haces? ¿Por qué has venido así?”. Y ha sido muy gracioso, un poco raro.
[Música]
Jadiya: ¿Esto qué es? ¡Venga, pa’ dentro! La Rosalía. (Palmas) ¿Qué hora es? Ocho y veinte.
Jadiya: ¿Por qué hablo bien el castellano? Eso tiene una historia detrás. Y es que fui participante del programa de Vacaciones en paz, en el que participan los niños saharauis y van todos los veranos con familias de acogida españolas. Yo participé en el 2001 hasta 2005 y… En un pueblo de Huelva, Tharsis. Eso, en el 2010 volví con mi familia para ya terminar mis estudios ahí: secundaria, bachillerato y universidad. Luego, en el 2018, verano del 2018, volví a los campamentos. Y volví, por una parte, para estar más tiempo con mi familia saharaui y para buscar trabajo. Hasta el momento tengo trabajo, alhamdulilah [gracias a Allah], como diríamos nosotros, y… Y con mi familia saharaui. Pero ahora es al revés. Ahora echo de menos a mi familia española y es lo que a menudo nos ocurre a los niños participantes en el programa de Vacaciones en paz, que conseguimos volver y estamos en esa rotación, un tiempo con una familia, un tiempo con la otra y echando de menos a la otra con la que no estás.
Jadiya: Qué guay! Hemos amanecido con charcos de agua, porque ayer cayó una por la tarde… Increíble. Y es tan guay ver charcos de agua en los campamentos… Porque claro, casi todo es desierto. Y cuando… Con nada que venga, que caiga un buen chaparrón, pues se forman charcos. Hay algunos niños que juegan en los charcos creyendo que son piscinas. (Risas) Y jo, estaba muy guay, pero hoy ya reluce un solaco… Aunque hace frío, ¿eh? Y como hace frío, nos refugiamos en la jaima. Es como un calefactor, el calefactor del desierto, es la jaima. (Risas) Y estamos todos ahí juntos. Incluso para dormir, dormimos todos juntos ahí para por la noche, porque si… Si llueve mucho por la noche igual hay fugas de agua por ahí en las habitaciones, entonces preferimos la jaima. Nos quedamos todos. Ocho miembros de la familia. Ocho.
Jadiya: Ayer fue mi tercer día sin melhfa, solo con el pañuelo. Un día tranquilo, ya los de la oficina están hechos ya, y ya les da igual, como que… Normal todo. Entonces, por esa parte… Jo, me ha gustado porque… Como que se están adaptando muy bien a ese cambio. Y… Aunque no salgo mucho al exterior, porque bueno, hay muchos tontos por ahí… Pero guay, así es que de momento va muy guay. Me lo pongo cuando me apetece. Suele ser… máximo dos días a la semana o por ahí. Y cuando nos movemos mucho, porque tenemos que… Cuando son días ajetreados de trabajo pa’ atrás y pa’ alante, pues… Si tenemos que ir a campamentos o algo, pues me pongo la melhfa. Y… pero bien, hasta el momento.
Jadiya: En mi jaima hay felicidad hoy porque llegan paquetes de España, que envían mis hermanas. Y todo el mundo está feliz. Hay… Se mandan caramelos, chocolates, ropa… Aunque ropa, no es nueva, pero para nosotros, para mis hermanos, es nueva. Y aquí, cuando llegan cajas de España, es todo felicidad.
[Voces]
Jadiya: ¡Lulu!¡Ven aquí! ¡Ven aquí! ¡Ven aquí! Ricitos de oro, Ricitos de Oro. Ven aquí. ¡Ricitos de oro!
[En hassanía]
Madre: Es mañana.
Jadiya: No, no. Nació el 2.
Jadiya: (cantando) Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz…
[En hassanía]
[El padre de Jadiya canta una canción inventada]
Jadiya: Lulu, Lulu.
Bushra [hermana de Jadiya]: ¿Has hecho un vídeo (de los paquetes)?
Jadiya: Paquete uno, paquete dos, paquete tres, paquete cuatro, paquete cinco. Paquete cinco (risas). En persona.
[En hassanía]
Padre: ¿Y dónde está el quinto?
Bushra: Papá, el quinto está aquí, está aquí.
Jadiya: Me cago en la puta. O sea, esto es totalmente injusto. Joder. O sea, llevo desde ayer, un compañero mío de trabajo me dijo “Hemos recibido la alerta terrorista de que todos los españoles estàn en los campamentos de refugiados tienen que salir porque, pues eso, hay una amenaza terrorista. Y ni tampoco, los que tenían pensado venir no deberían venir porque el Ministerio de Exteriores español ha emitido la amenaza”. Y es que joder, es que esto no debería ser así. Es que… Me cago en la leche, es que hoy he leído un artículo en El País y lo que simplemente decía era como… Sí, que todos los españoles salgan por su seguridad y venga, al carajo. Dejemos los refugiados allí. En plan… Y es que es mentira, o sea, no hay ninguna amenaza terrorista. Lo que realmente pasa es que hay un congreso del Frente Polisario, están las elecciones de Argelia y después, claro, el ministro visitó Marruecos la semana pasada y firmó con ellos un acuerdo de… De pesca, creo. Entonces, bueno, no vayamos a cabrear a los marroquíes y vámonos todos a España, ¿no? Que estamos a salvo. Es que es mentira, joder, es que no hay ninguna amenaza terrorista aquí. Lo sabe todo el mundo.
[Gritos, voces]
Jadiya: Mis vecinos tienen boda.
Jadiya: Bushra, ¿se ha calentado el agua? Ay, que estaba esperando a que se calentase el agua para lavarme los dientes, que el agua está muy fría. Y termo de agua y agua calentita aquí no hay nada. Te calientas el agua y… Y la mezclas con un poquito de agua fría, y ya está, ya tienes agua templadita para lavarte. En este caso, los dientes.
[Jadiya canta]
Jadiya: Hoy estoy de bajona, y sólo pienso en que ojalá tuviese un cuarto para mí sola, y encerrarme ahí hasta que se me pase esta tontería que tengo en la cabeza y después salir y ya está. Pero… Bueno, eso aquí no lo hay. Aquí toda la familia duerme en un mismo sitio. Y o la bajona te la guardas, o te vas al patio o algo hasta que se te pasa. Ah… No, porque aquí sí, aquí somos muy de familia, cosa que me encanta, pero a veces es como que necesitas estar sola, en espacios sola. Aunque a veces para sentirme mejor siempre dormimos en el mismo… O sea, casi siempre duermo en el mismo cuarto con mi hermana y mis hermanos, y todos, en realidad. Pero a veces digo, bueno, voy a cambiar de sitio y me voy al otro cuarto con mis padres y duermo. Así cambio un poco.
[Sonido coche, silbidos]
Jadiya: Sí, sí, una mujer, sí, es la que conduce, sí. Pesados.
[Motor, claxon]
Jadiya: Ay. Acabo de llegar a trabajar. ¡Alsalam ealaykum! [hola]. Y estoy deseando ponerme la melhfa y el pijama, que hoy no me he topado con ninguna persona que especule si soy maestra o soy estudiante. Claro, mi hermana diría “pero es que por qué no te pones la melhfa si estás más cómoda?” Bueno, yo le digo, sí, me la pongo. Claro que me la pongo. Pero cuando yo quiera. (Risas) Se pone de los nervios. Pero es que mi melhfa es como… Ahora la melhfa de casa ¿dónde está? Es como el pijama, que llegas a casa deseando ponértelo.
Jadiya: (Risas) Que no estaba grabando y yo pensaba que estaba grabando. Qué es lo te decía… Que por qué el ser humano siempre tiene que comer… ¿¡Por qué siempre me tiene que tocar fregar los platos!? ¡Estoy harta! ¡Harta me tenéis! ¡Harta!
Jadiya: Mi hermano pequeño y mi hermana pequeña… Los dos están viendo, uno, una película en inglés, y la otra, una novela turca. Es muy interesante, le voy a preguntar por qué a cada uno. Jalil, ¿por qué estás viendo una película en inglés si no entiendes el inglés?
Jalil: Porque abajo de la pantalla está escrito lo que está diciendo en árabe.
Jadiya: Pero ¿no te interesaría más ver una película en árabe y ya está, o sea, entenderla?
Jalil: No, porque algunas veces me parecen las películas en árabe más ridículas. Lo prefiero más en español o en inglés.
Jadiya: Muy bien. ¿Por qué… por qué estás viendo una película, o sea, una novela turca si no entiendes el turco?
Bushra: [en hassanía] Porque me encantan los turcos, da igual. (Risas) No sé cómo decirlo en español, solo sé que me encantan. (Risas)
Jadiya: ¿Porque te encantan los turcos?
[Bushra hablando árabe]
Bushra: [en hassanía] Sí, aunque estén cocinando un poquito de cebolla, da igual. (Risas)
Jadiya: ¿Y da igual? O sea, ¿aunque estén cocinando? ¿Da igual, tú te los ves? Y, pero, ¿no te interesaría aprender turco?
Bushra: Sí, claro. Si quiere visitar Turquía
Jadiya: ¿Para qué? ¿Por qué quieres ir a Turquía? ¿Quién te ha dicho que Turquía es muy bonito?
Bushra: La he visto en las novelas (Risas)
Jadiya: ¿Porque lo has visto en las novelas? Pero las novelas siempre idealizan.
[En hassanía]
Bushra: ¿El qué?
Jadiya: Que las novelas siempre lo ponen todo muy bonito.
Bushra: Me da igual.
Jadiya: O sea que si hiciésemos nosotros una novela en los campamentos… Por ejemplo, hiciésemos una novela en las dunas de Dajla, seguro que todo el mundo querría venir a los campamentos, pero una vez que viniesen a las campamentos dirías “ostras, si es un campamento de refugiados”. Es lo mismo en Turquía.
Bushra: [en hassanía] Nadie da lo que no tiene. Nosotros tenemos los campamentos, pero lo que queremos es ir a Turquía.
Jadiya: (Canta) So sorry… (Canta) Roxanne, you don’t have to wear that dress tonight… (Canta)
[Sintonía]
Isabel: El Sáhara Occidental está situado entre Marruecos y Mauritania. Fue una colonia Española desde mediados del siglo XIX. Entre 1958 y 1975, el Sáhara Occidental llegó a ser una provincia más de España, al mismo nivel que Alicante o Badajoz. La llamaban “provincia 53”. En 1975, pocos días después de la muerte de Franco, el gobierno español abandonó el territorio saharaui y lo dejó en manos de Marruecos, que llevaba semanas tratando de ocupar el país con una marcha de cientos de miles de personas: la marcha verde. Cuando los marroquíes entraron, una gran parte de la población saharaui huyó a refugiarse en Argelia. Hoy viven allí, en campamentos de refugiados, 165.000 personas. Llevan 43 años esperando un referéndum de autodeterminación que sigue sin llegar. Pero de esto tampoco se habla demasiado, porque toca muchos intereses, muchos otros silencios. Mientras, las y los saharauis siguen luchando por regresar a un país del que tuvieron que huir por la fuerza y que muchas, como Jadiya, ni siquiera han pisado.
Soy Isabel Cadenas Cañón y de eso no se habla… o sí.
Este episodio lo ha grabado Jadiya (o Jadiye, nunca Jadicha) Ali, en los campamentos de refugiados de Tinduf, antes de que empezara la pandemia. Ahora, al encierro de vivir en un campamento de refugiadas se le suma ese otro encierro: no hay buses, ni aviones, ni manera de salir de los campamentos. El guion y el montaje los he hecho yo, Isabel Cadenas Cañón. Elena Gómez nos ayudó en el montaje, y también Paula Morais, que es nuestra ayudante de casi todo. Vanessa Rousselot es nuestra editora de guion y Laura Casielles nuestra editora de texto. El diseño de sonido es mío y de Marcos Salso y nuestro estudio de sonido es Isolé División Sonora. La música de nuestra sintonía es de Alva Noto y Ryuichi Sakamoto. La comunicación la hace Laura Casielles y además fue ella la que nos presentó a Jadiya. La ilustración de este episodio es de Carmen Cáceres. Gracias a Brahim Chagaf por ser el mensajero de la grabadora, y gracias a todas las personas que, en los primeros días de nuestro confinamiento, participaron en nuestra sesión de escucha virtual.
Si tienes alguna historia de silencios, habla con nosotras. En nuestra página web, www.deesonosehabla.com, puedes suscribirte a nuestro boletín, escuchar el resto de episodios o ver las formas de mandarnos un mensaje de voz o de texto, o un email. También estamos en Twitter, en Instagram y en Facebook y ya sabéis que nos encanta hablar. Si te ha gustado este episodio, haznos un favor y suscríbete a nuestros canales en Spotify, Google Podcasts, Podimo, Apple Podcasts o donde sea que escuches podcasts.
De eso no se habla se produce en el orgulloso barrio de Lavapiés, en Madrid, y hoy se ha producido también en los orgullosos campamentos de refugiados y de refugiadas de Tinduf gracias al apoyo de PRX – Public Radio Exchange- y al Google Podcasts Creator Program.
Volvemos en dos semanas.
Gracias por escuchar.